- Encontré un baul de los recuerdos. Un baúl blanco grande con una puerta transparente, cualquiera diría que era un agujero sin fin, pero no. Era un baúl parecido a una caja fuerte, porque había que marcar una combinación correcta para poder abrirlo. Si te equivocabas la caja se llenaba de una especie de espuma q iba destruyendo todo recuerdo guardado. Lo sé porque me equivoqué, creí que era mas sencillo, pero ningún ruido me ayudó a descifrar la clave.
- ¿Pero usted en que planeta vive?
- No comprendo ¿acaso no me está viendo vivito y coleando? ¿Cómo que en qué planeta vivo? En este m’ijo, en cual otro va a ser...
- Es extraño, muy extraño…
- ¿Ha visto? Yo pensé lo mismo. En la calle también. las madres ya no cuidan a sus hijos, ya no los sacan a pasear o a jugar a la plaza. Ahora lo hacen las hermanas mayores. Pero ¡Qué cantidad de años de diferencia!
- Esas son las madres de los niños Don Ernesto.
- Es extraño, muy extraño.
- Así son las cosas hoy. La ropa ya no la lavan las señoras, de eso se ocupan esos baúles que usted vió. Y las madres tendrían que estar jugando un una plaza en vez de llevar a sus hijos.
- Pero m'ijo usted es, como dicen ahora, un prejuicioso.
- Y usted es, como decían en sus tiempos, un loco de mierda.
Que buen diaaaaaaalogo, me encanta este blog, es tan genial :D
ResponderEliminarSaludos!!
qué par de pájaros los dos!!!
ResponderEliminarjajaja está re bueno, super surrealista el diálogo
me acordé del dialógo entre mi mamá y el verdulero... cuando me compró a mi.. que había nacido de un repollo jajaja
un besooooo