lunes, 23 de febrero de 2009

El "loco Juan"




Por la tarde nos pusimos un pongo para salir a dar una vuelta, o un paseo, o como le quieran decir al hecho de caminar sin rumbo para no sentirnos culpables por bien gastar el tiempo y no hacer nada.

En el parque encontramos un grupo de gente festejando un festival que se jactaba de ser federal (pero se realizaba en La Capital, como casi todo lo que pavonea de ser federal en este país).

Nada era atractivo, nada llamaba la atención de los transeúntes transpirados que casualmente caminaban por la vereda. Algunos apurados, otros apretujados y muchos otros apenados por haber trasnochado la noche anterior y haber decepcionado y desencantado a sus capullitos de alelíes.

Mientras nos acercábamos, sabíamos que terminaríamos disfrutando en ese festival aburrido. Tenemos afición por el desastre. Nos gusta reírnos de algo diferente a nuestras personas, agradecemos poder hacerlo.

Se nos ocurrió mezclarnos entre la pequeña multitud. Un poco para experimentar el miedo a perdernos, un poco porque si, porque se nos dio la gana.

En el escenario un grupo, que se había revelado contra lo tradicional, cocinaba una salsa de merengue. Un escalón mas abajo, y a pedido de los hombres y mujeres cuerdos, hizo su aparición el “Loco Juan”.

Descubrí admiración y envidia en cada uno de los rostros que me rodeaban. Es que todos ahí queríamos ser como Juan. Todos queríamos bailar sin que nos importe un pito el compás de la música, hacer reír a los demás sin que eso nos rompa el autoestima. Ser seres puros, como cuando teníamos dos y hacíamos monicacadas para los parientes.

La banda estaba terminando de cocinar su salsa. El loco daba indicaciones a los iluminadores. Y los demás estábamos extasiados de tanta libertad.

viernes, 20 de febrero de 2009

Sandro de America

Sandro esta internado de nuevo, por esa enfermedad pulmonar que tiene hace años. Amo a Sandro, lo hubiera seguido hasta el infinito si hubiera vivido en su época de esplendor. Hoy seria una de sus nenas, le tiraría mis calzones XXL por la cara (sospecho que lo hacen porque nunca les dio bola), esperaría fuera de su casa para su cumpleaños. Resumiendo: Adoro a ese hombre.


Papá tenía un amigo, Jorge, que era fanático de Sandro. Cada vez que nos juntábamos a cenar con él terminábamos escuchando”Rosa rosa” a todo lo que da. Me divertía mucho ver a mis padres bailando raro. Mi hermano se ponía de mal humor y se iba al cuarto mas cercano a hacerse el enojado -de chiquito ya era odioso -. Luego del baile todos emitían algún comentario sobre el gitano. Era un dios para las mujeres, respetado por los hombres. Era un grande.

















Le empecé a tomar cariño por esas situaciones. Es que despues de ir a Jorge y escuchar a Sandro mis padres eran más felices, se reían más, se daban más besos, se amaban más. Y mamá nos retaba menos.


Cuando murio mi padre trate de animarla comprándole cuanto dvd trucho de Roberto Sánchez encontraba en la calle. Nunca funcionó. En cambio se largaba a llorar con mucha tristeza. Supongo que no le gusta recordar cuando era feliz con papá. Supongo que no puede serlo sola.


Quisiera encontrar algo tan grande como Sandro de América, algo que la haga un poco mas alegre.





Besos en cada uno de sus lunares

Sol



Ah! Si alguien se pregunta qué paso con el test, bueno, no fue necesario, en vez de las dos rayitas hubo una manchita… sin palabras...