martes, 26 de mayo de 2009

La vida con Ernesto: Extrañando a Malena

- ¿Quedó algo de ella?


- No, sólo la calcomanía pegada en el monitor.


- ¿Y por qué no la saca?


- Puede quedar el pegote, y va a ser peor, entiende… más representativo de la situación.


- La verdad no lo entiendo, y tampoco me importa mucho, solo tenía ganas de charlar de algo interesante.


- Ernesto ¿a usted Malena le parecía interesante?


- Pues claro. Era una chica algo extraña, tenía eso de loca y perfecta, una chica violentamente dulce.


- Puede ser, sí. Una vez se largó a llorar porque no la saludé antes de irme al trabajo. Esa vez pensé que estaba loca.


- Usted es un pelele ¿sabe?


- Por eso me dejó Malena.


- No, lo dejó porque lo encontró haciendole cosquillas a otra señorita, que de señorita no tiene nada. Si lo hubiera encontrado en la cama, vaya y pase, pero hacerle cosquillas...


- No se meta.


-Tiene razón, perdón. Quise decir que su noviecita sabía que usted era un imbécil, y aún así lo quería.


- Entonces…


- Entonces es doblemente imbécil. ¿La extraña?


- Me acostumbré a que no estuviera en mi cama a la mañana impidiendo estirarme como es debido; a ir a cenar los sábados a la noche solo, es mas barato ; a ir al cine a ver las películas que yo quiero ver sin preguntarle a nadie que le parece. Me acostumbré a todo eso, es simple, solo hay que hacerse de la idea de que esa persona murió.


- ¡Pero Pedro!


- Bueno si, la extraño un poco.

viernes, 22 de mayo de 2009

La vida con Ernesto: Cuerda confusiónLa vida

- Encontré un baul de los recuerdos. Un baúl blanco grande con una puerta transparente, cualquiera diría que era un agujero sin fin, pero no. Era un baúl parecido a una caja fuerte, porque había que marcar una combinación correcta para poder abrirlo. Si te equivocabas la caja se llenaba de una especie de espuma q iba destruyendo todo recuerdo guardado. Lo sé porque me equivoqué, creí que era mas sencillo, pero ningún ruido me ayudó a descifrar la clave.


- ¿Pero usted en que planeta vive?


- No comprendo ¿acaso no me está viendo vivito y coleando? ¿Cómo que en qué planeta vivo? En este m’ijo, en cual otro va a ser...


- Es extraño, muy extraño…


- ¿Ha visto? Yo pensé lo mismo. En la calle también. las madres ya no cuidan a sus hijos, ya no los sacan a pasear o a jugar a la plaza. Ahora lo hacen las hermanas mayores. Pero ¡Qué cantidad de años de diferencia!


- Esas son las madres de los niños Don Ernesto.


- Es extraño, muy extraño.


- Así son las cosas hoy. La ropa ya no la lavan las señoras, de eso se ocupan esos baúles que usted vió. Y las madres tendrían que estar jugando un una plaza en vez de llevar a sus hijos.


- Pero m'ijo usted es, como dicen ahora, un prejuicioso.


- Y usted es, como decían en sus tiempos, un loco de mierda.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Llueve!

Llegó el otoño a Mendoza, llegó la mejor estacion del año para mi provincia. "No es lo mismo el otoño en Mendoza" dice la canción de Jorge Sosa ¡Que razón tiene! ¡Qué bonitos se ven los arboles vestidos de verde, naranja y amarillo con las imponentes montañas nevadas de fondo! El gris es perfecto para la seriedad de los mendocinos, combina increiblemente bien con nuestra sobriedad inmutable.
Me gusta el otoño. Desde siempre prefiero el frío, es bueno para dormir, para escribir y para amar ¡No se necesita más para ser feliz!
Brindo con chocolote caliente porque llegó el frío a mi lugar, porque hoy llueve y es un día perfecto.

lunes, 11 de mayo de 2009

Receta para un fin de semana feliz



* La visita de mamá el viernes a la tarde
* Amoro llegando con un ramo de flores inesperdas
* Dos vasos de Fernet con Coca para ver "Gran Torino" "En busca de la Felicidad" "Sexto sentido" "El pianista" y "El lector" en casa
* Refrianex compuesto cada ocho horas
* Pañuelos descartables
* El pollo con papas más feo del mundo
* Besos a montones
* Maratón el domingo por la mañana
* Un bizarro hombre araña en bicicleta con un ganso adelante
* Un big tasty y un cuarto de libra con queso en vez de pastas
* Dos boletas de Loto perdedoras
* Casona y Kafka en nuestra cama antes de dormir





Gracias amoro!

martes, 5 de mayo de 2009

princesas, policías y otras yerbas


Las princesas no pueden enamorarse de los policías. He dicho. No es una cuestión de estratificación social, ni siquiera de incompatibilidad de caracteres. Es que la ley dice que no pueden y con razón. Infinidad de casos avalan el mandato. Kilómetros de jurisprudencia.


Las princesas deben enamorarse de señoritos soñolientos que les canten canciones con su guitarra. Los ojos de los señorcitos deben ser color melón claro. De lo contrario, tampoco son merecedores del amor de las bellas damiselas con corona.


Los policías por su parte no pueden enamorarse de las señoritas que sonríen estando tristes. No existe tal ley. Sin embargo, por sentido común, es una obviedad, pues las señoritas tristes y sonrientes simplemente detestan a los uniformados.


Ellas se enamoran de los poetas o de los ingenieros (entre tantas otras almas como las estrellas, los gatos, los colores, infinito punto colorado). Pero como los poetas son muy mentirosos y los ingenieros muy calculadores, las señoritas tristemente alegres se quedan solas.


Lo mismo con las princesas, y los policías y los señoritos soñolientos con ojos color melón claro.

panic atac

Pánico, eso me atrapa cuando pienso en lo perfecto de la situación, de mi hoy y ahora. Estoy esperando que llegues, es tarde, pero no me molesta en lo absoluto. Confianza, eso que tanto me pedías cuando no tenía otra cosa que hacer más que romperte la cabeza con reclamos. Te tengo confianza, y un amor más grande que el de ayer y menos que el de mañana.